Podéis
marchar lejos y dejar todas nuestras huellas en el olvido. Podéis aún sonreír a
la Luna que alumbraba el más bello y oscuro de los silencios. Podéis ver los
prados y valles que en un tiempo añoré, las estrellas con las que me casé, el
dorado polvo de mis tierras, el zafiro mar que ya se hundió y el bello cantar
del ave, presa de los vientos, que cortejó junto al sol la más eterna de mis
batallas. Podéis vos
permanecer en el futuro, con el pasado de mi presente, podéis dejar de luchar
contra la nostalgia y disfrutar de vuestra nueva vida, antes de que la única
luz que reflejan vuestros ojos se apague sin encontrar su causa. Podéis
llorar en el vacío, ahora arrepentido, que pude dejar en lo mas profundo de
vuestra alma. Podéis
pensar que marché sin ninguna otra razón, pero escapé de vuestro regazo para
salvar la pendiente vida de vuestros hijos, junto a la vuestra, para que podáis
vividla dignamente como de niño yo soñé: Libres. Podéis
permitir que el tiempo os haga a vos querer a cualquier que de vuestro divino
fruto sea cautivo, pero nunca podréis encontrar el amor, con el que este hombre
ya de cuerpo en tierra y lanza en pecho, os amó.
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