Hierbas corrompidas


¡Ay, pobre!
Piensas que todos los demonios
¡Hacen de sí un mal nombre!

Y es cierto que algunos se lo buscan.
Algunos, me equivoco,
Bastantes diría yo,
Que puede que esté loco.

Pero tú, no conoces.
Idolatras a un maestro.
En el fondo te enamoras.
Lo siento en tu mirada.
Lo veo en tus canciones.
Aunque pongas la cara descuidada.

A mí no me engañas,
Ya digas “no” a los amoríos,
Rechaces tus instintos
O presumas de nada.

Tú, no conoces esto.
No sabes cuándo un poeta llama a tu puerta.
No sabes distinguirlo de la maleza.
No comprendes que una vez dentro,
Tu mundo cambia.



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