Hierves mi sangre para dejar que se enfríe sola.
Y me pregunto ¿Por qué?
¿Por qué tiñes las cosas fáciles, tan difíciles?
¿Por qué no dejas fluir tu incrustado llanto?
¡Corre! ¡Corre mucho más que yo!
Antes de que vuelva a cerrar el corazón.
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