Grandes Heroicas hazañas II


Fue larga y tardía su espera, pero por el horizonte, sus conyugues de guerra se ven venir. El viento es dulce, hermoso, vigoroso… trae olor a él. En el regazo del emisario, un  funesto mensaje para ella, la doncella.

[…]

Ahora ella ya sabe que su fiel caballero nunca volverá, que su sangre nunca correrá y que su alma, perdida y nostálgica, vagará incauta en el Nirvana durante el resto de sus días. Ella empapó de lágrimas el escrito, como también de rojo entintó, el afilado acero de su puñal.


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