Discerní
como tildes su contorno
Y aquella apetencia.
Quizás fuera solo un capricho
o simple ambición.
No temí su consecuencia.
Yo fui el primer ladrón
Y ellos mi prisión.
Tan libre, tan protegido
Anduve entre aquellas rejas,
Inerme a su licor.
Hasta la ínfima gota
Tenía aquel sabor.
Fui condenado sin querer.
La torpeza, mi verdugo.
Y aún ansío con soberbia
desvalijarlos otra vez.
Soy presa de injusticia
y ellos de avaricia.
Rufianes.
Encontraron el oro
que yacía en el corazón.
Incansables.
Paraban y seguían.
Buscándome.
Tus labios fueron.
Y fui yo quien los robé.
Quizás fuera solo un capricho
o simple ambición.
No temí su consecuencia.
Yo fui el primer ladrón
Y ellos mi prisión.
Tan libre, tan protegido
Anduve entre aquellas rejas,
Inerme a su licor.
Hasta la ínfima gota
Tenía aquel sabor.
Fui condenado sin querer.
La torpeza, mi verdugo.
Y aún ansío con soberbia
desvalijarlos otra vez.
Soy presa de injusticia
y ellos de avaricia.
Rufianes.
Encontraron el oro
que yacía en el corazón.
Incansables.
Paraban y seguían.
Buscándome.
Tus labios fueron.
Y fui yo quien los robé.
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