Un fuerte en la batalla


Para mí, nunca fallecen las almas.
Somos como pájaros en una jaula que nunca fue nuestra.
Como el viento, que siempre está en otro lugar.
Un alquiler de promesas. Una estancia pagada.
Casi planetitas dando vueltas al sol.
Como una gota de agua que tan solo espera evaporar.

Por eso te digo que nunca llores una derrota. 
Seguro que a quien vuela, lo volverás a encontrar.

Hazlo alto, compañero.
Descansa en paz.





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