Mi pequeño tren


Dices que abandone mis trenes,
Que ya no traen la felicidad de un niño.
Y yo rompí todos mis juguetes,
mi pelota azul, nunca más botó.
Dices que deje de corretear las calles
y no me esconda tras la verja de tu puerta.
Que no destruya con mis zapatos
aquella flor que tanta tierra consumió.
Dices que no pruebe el caramelo,
que la vida no está llena de azúcar.
Ya dejé de chapotear en el barro,
pero tú no quisiste ver la realidad.
Dejé de reír para respirar un segundo
y me di cuenta que ya no estabas.
¿Cómo quieres que madure
si no me haces un hombre tú?


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